jueves, 16 de octubre de 2014

Experimentando Cambios

Tener hijos es una experiencia maravillosa, pero también te cambia la vida por completo. Y en mi caso cuando digo por completo es por COMPLETO.
 
Pierdes tu independencia de manera total, ya no tienes ni un minuto de tu tiempo para dedicarte a ti.
 
Atrás quedan esas salidas nocturnas con amigos hasta las tantas de la madrugada para quedarte en casa y aprovechar las pocas horas de sueño que te deja Garbancita.
 
Atrás quedan esos "domingos Ikea" en los que estás de la cama al sofá y del sofá a la cama después de haberte levantado a las 13.00H del mediodía.
 
Atrás quedan esas largas jornadas en la peluquería para tener tu pelo sano e hidratado cambiándolo por una coleta el día que te da tiempo hacértela, si no, te vale con la del día anterior.
 
Atrás quedan esas apetecibles duchas en las que ponías tú música y te duchabas tranquilamente, dejando incluso que la mascarilla acturara sus 10 minutos de rigor, ahora ya no te echas ni mascarilla y con mucha suerte te echas champú porque siempre vas con prisas.
 
Atrás quedan esas bonitas tardes de paseo por el centro comercial visitando todas las tiendas y eligiendo modelitos para las salidas nocturnas o futuros eventos. Ahora no tienes salidas nocturnas, tienes que renunciar a los eventos y lo de pasear por el centro comercial con un niño para comprar ropa es algo impensable.
 
Atrás quedan esas comidas y cenas con amigos con su típica sobremesa que se alarga hasta las tantas, ahora ya no hay ni comidas ni cenas fuera de casa y si las hay estás continuamente mirando el reloj porque es la hora de la siesta de Garbancita, o la hora de la comida, o la hora del baño o la hora de algo...
 
Atrás quedan esos días de muñeca sin reloj donde ibas y venías adonde querías y te daba la gana sin preocuparte por la hora, no tenías prisas para nada e ibas siempre a tu aire. Ahora el reloj es mi mejor amigo y si no tengo reloj estoy perdida.
 
Atrás quedan esas visitas al cine para poder hablar con el resto de la sociedad de la película de moda, por no ver no ves ni la tele.
 
Atrás quedan esas largas noches acurrucada en la cama bajo el nórdico sin ningún tipo de interrupción. Ahora mis noches son paseos a la luz del móvil para ir a la habitación de Garbancita y pequeños codazos con Luisín para saber a quién le toca esa vez ir.
 
Atrás quedan tus caprichos o regalos para ti, ya todo es para ella, siempre necesita cosas y ahora crecen muy rápido. 
 
Como madre pasas a un segundo o tercer plano con respecto a todo el mundo, tú ya no importas, sólo importan ellos, en mi caso Garbancita.
 
Recuerdo como mis padres entraban por la puerta de casa después de casi un mes sin vernos e iban directamente a la niña, yo me quedaba ahí en la puerta esperando mis dos besos o mi saludo pero sólo importa ella. 
 
Una vez que das a luz nadie te pregunta cómo estás o qué necesitas, sólo importa cómo están ellos (los bebés) y su bienestar. Nadie valora tu esfuerzo de llevar 9 meses a esa cosita ahí dentro y de cuidarla de la mejor manera posible, nadie valora tu sufrimiento durante el parto y mucho menos después del mismo.
 
Nadie tiene la suficiente capacidad de empatía para ponerse en tu lugar y saber cómo te sientes. Son muchas cosas en muy poco tiempo.
 
Pero creo que todo esto es normal, un hijo es lo más grande que te regala la vida y estamos tan absorbidos por este nuevo ser que nos olvidamos de todo lo que nos rodea, es verdad que te sientes tan tan responsable del bienestar de esta personita que todo lo demás pasa a un segundo plano.
 
En mi caso tengo que decir que yo vivo para, por y con Garbancita, me siento culpable hasta del día que cojo tráfico para volver a casa y pierdo ese rato de estar con ella. Echo de menos algunas cosas de mi vida anterior, como dedicar más tiempo a mis amigos, pero renuncio a lo que haga falta para estar y poder disfrutar de ella.

1 comentario:

  1. A ver mujer! todo llega ya verás...
    El primer año es el más intenso intensíiisimo de todos creo yo, (yo ya voy por el segundo), Ahora ya puedo quedar con mis amigas un rato. salir a comer y cenar, un poco más complicado pero no imposible!!
    Y ahora que estoy embarazada del segundo voy a aprovechar a salir todo lo que pueda mientras mi cuerpo aguante porque luego con dos niños las cosas se complicarán bastante, pero todo volverá a llegar, volverá el cine, el teatro, pasear y salir de compras con amigas. Además que si te pide el cuerpo una tarde salir y te cuadra todo no lo dejes porque es una actividad "que te va a limpiar el alma" jeje te va a recargar las pilas y te vas a reencontrar contigo misma, esa nueva personas convertida en madre pero que en el fondo no ha dejado de ser la misma de antes, con prioridades distintas por supuesto, pero seguro que te sigue gustando la ropa, la peluquería o hacer la manicura por el único placer de hacertelo (aunque sea en las "chinas" que son baratas y eficientes)
    Todo llega y todo será de forma natural,no te sientas mal porque ahora no quieras perder ni un segundo d estar con ella en vez de estar haciendote la pedicura, es absurdo, pero al contrario tambien. 1 hora para ti sola no hace daño a nadie.
    Muchos besos

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