lunes, 15 de septiembre de 2014

Cómo descubrimos un truco para que Garbancita comiera

Pues así estábamos todos los días probando cosas nuevas, o buscando trucos para que ella tranquilizara y comiera un poco. Algo que le tranquilizaba mucho era el chupete, pero era incapaz de sujetarle, así que tuvimos que ingeniar miles de cosas para que ella pudiera sujetar el chupete sin nuestra ayuda. Llegué incluso a cosérselo a un du-dú para que cuando durmiera no se le cayera, pero nada sirvió, siempre se le acababa cayendo. Lo único que me quedó por probar fue pegárselo en la boca con celo, pero aquello ya me parecía demasiado.
 
Así que nada, todo el día con ella en brazos y sujetando el chupete con mi pecho.
 
En agosto decidimos irnos unos días con mi familia a ver si con un poco de ayuda yo podía remontar. Yo soy de un pueblo muy pequeño de Cáceres que está a 250km de Madrid, unas dos horas y media de viaje.
 
Por un lado me apetecía poder delegar en alguien pero por otro lado el pensar en las dos horas y media de camino con Garbancita llorando a moco tendido, me daba pavor. Así que Luisín decidió que entrenaríamos unos días antes, sí sí entrenar a Garbancita para un viaje largo.
 
Nuestra primera prueba fue ir al Xanadú (el centro comercial de la nieve como dicen aquí en Madrid), apenas 20 minutos de viaje. ¡¡¡Madre mía qué 20 minutos!!!. Sólo montarnos en el coche ya empezó a llorar, y a los dos minutos  empezó a gritar, así hasta que llegamos al destino. Cuando la cogimos para bajarla del coche tenía un ataque de nervios pobrecita... pero al ponerla en brazos se calmó. Menos mal pobre...
 
Bueno pues decidimos dar una vuelta por el centro comercial para que ella se tranquilizara y poder hacer el viaje de vuelta, con tan "buena suerte" que le llegó la hora de la toma. Buscamos la sala de lactancia, que la verdad tengo que decir que era preciosa, limpia y grande (porque lo de las salas de lactancia es otro post, he visto cada cosa) pero allí había más mamás y más bebés comiendo tranquilamente, así que yo fui incapaz de darle el pecho allí delante de nadie porque sabía que se iba a poner a gritar y alteraría a todos los niños de la sala. Así que le dije a Luisín que preparara un biberón, yo intentaría dárselo a ver qué pasaba. Aún sabiendo que no le gustaban las tetinas ni los biberones.
 
Luisín me preparó el biberón mientras yo la sujetaba a ella en brazos. Alucinaba viendo cómo comían de la teta los bebés de mi alrededor, aquello me parecía irreal. No sabía lo que era una toma sin un llanto, sin un grito y sin ponernos llenas de leche las dos.
 
Con toda nuestra santa paciencia empezamos a darle el biberón, primero sentados en los sillones que había en la sala de lactancia, donde estaban el resto de mamás, pero nada más empezar, ya comenzaron los números y los títeres, así que con los primeros gritos yo me puse muy nerviosa y decidí que era mejor meternos en un baño que había dentro de la sala de lactancia. Allí nos metimos porque si Garbancita lloraba, los otros bebés no estaban tan al lado. Y empecé otra vez a darle el biberón, pero no había manera. No quería y no quería.
 
Mientras yo peleaba con ella, a Luisín se le ocurrió lavarse las manos y secárselas con el secamanos, un secamanos viejo y antiguo que hacía un ruido espantoso, pues no sé qué le pasó a Garbancita pero fue escuchar semejante ruido y beberse el biberón de golpe. Yo miraba alucinada mientras le decía a Luisín que no quitara las manos de debajo de ese cacharro. Fue la primera vez que se tomó 90ml de biberón sin rechistar. Aquello me pareció maravilloso, se me cayeron hasta las lágrimas. No cabía en mí de gozo. Tanto es así que aquel biberón lo guardé como oro en paño aunque nunca más lo quiso.
 
A la siguiente toma, ya por fin en casa, probé a darle el pecho como acostumbraba, con mi pezonera, sin sujetador, con una toalla para limpiarnos pero además le dije a Luisín que tuviera el secador cerca por si acaso había que ponerlo. Y así fue, ella empezó a gritar nada más empezar a succionar, y fue ponerla el ruido del secador y ella chupar y chupar sin rechistar.
 
Para mí aquello fue ver el cielo abierto, por fin podía dar de comer a Garbancita. Habíamos descubierto el milagroso ruido del secador. Desde entonces el secador cambió de sitio, siempre estaba a mi lado y si salíamos a algún lado venía con nosotros. Tengo que decir que unas veces le funcionaba y otras no, pero por lo menos comía algo más.
 
Claro como el secador era grande empezamos a buscar algo que hiciera un ruido semejante y pudiéramos llevar o usar por la noche, porque poner el secador de madrugada como que nos daba mal rollo por los vecinos. Después de probar y probar ruidos, al final descubrimos una lima eléctrica que tenía para las uñas que no sé ni cuándo habría comprado y que a ella le calmaba, no tanto como el secador pero algo era algo.
 
Imaginaos la cara de la gente cuando venía a casa y nos veía: yo dándole el pecho, ella gritando, el padre con el secador en la mano como si de una pistola se tratase y yo al primer grito le decía a Luisín "dale al secador", y ella empezaba a comer, si paraba y empezaba a gritar otra vez le decía "dale más potencia" y con la máxima potencia comía un poco más.... Aunque lo que se dice comer no era su fuerte.
 
Vamos todo un show, o ¿me vais a decir que no?

7 comentarios:

  1. Suele eae ruido calmar bastente a los bebes por que es parecido a lo que ellos escuchan cuando estan en la barriguita
    A mi con mi segundo bebe que era el que mas nervioso se podia cuando no lo tenia en brazos era el extractor de humos de la cocina .. Era ponerlo y dormirae

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    1. Ay madre!! Eso no me lo habías contado!! Estos bebés son un caso!! El caso es apañarse como se pueda aunque sea con un secador!!

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  2. Que bien que encontrarais una fórmula para que comiera! Debisteis ver el cielo abierto! he ido leyendo tus posts y realmente ha debido ser muy duro para ti y te entiendo, porque, aunque por diferentes motivos para mi tampoco está siendo fácil aunque la cosa va mejorando. Un beso muy grande para garbancita y otro para ti!

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    1. Gracias chicas por vuestros comentarios! me alegro de que me leais!!!!

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    2. Me encanta tu blog Ana!!!
      En los momentos difíciles del comienzo de la maternidad,es lo único que me ha hecho desahogarme a carcajadas,y ver que no soy la única!! Sigue escribiendo por favor,supongo que como a mi,tu blog le ayuda a otras muchas personas!

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  3. Me alegro mucho mucho de que el blog te esté sirviendo!!!! yo necesitaba algo así y nunca lo encontré!!!!! por eso me alegro de que por lo menos puedas desahogarte!!! gracias!!

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  4. Ana me encanta en serio, tienes mucho desparpajo contando las cosas. Pobrecita que mal lo tuviste que pasar. Pero el blog todo un éxito es genial.

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