miércoles, 11 de enero de 2017

Primer mes como bimadre = Caos Total

Pues Garbancito lleva con nosotros exactamente dos meses y una semana, y ya no recuerdo como era mi vida sin él.

El primer mes en casa fue un caos, ya es un caos con un bebé solo cuanto más con una niña y un bebé, a día de hoy sigo preguntándome cómo hacían antes para criar a tantos hijos, me parece una tarea más que complicada.

Garbancita fue al hospital para conocer a su hermanito, ya la primera vez que lo vio, le pegó dos veces, en ese momento pensé "madre mía la que me espera", pero eso no era nada para lo que luego me esperaba...

Las primeras noches en el hospital Garbancito fue un santo, sólo comía y dormía, además en su cuna sin brazos ni nada, él solito.

Fue llegar a casa y empezar a tener unas noches horribles. Por el día más o menos lo pasaba bien pero llegaban las 23.00 de la noche y empezaba a llorar y llorar y llorar, no había consuelo para él de ninguna forma, y sobre las 5 de la madrugada se callaba, ese sonido se me metió tan dentro de la cabeza que no podía dormir nunca, le oía a todas horas. Y después de pasarte la noche en vela intentando tranquilizarlo, levanta a Garbancita a las 8.00 para ir al cole, era una zombi total. No me enteraba de nada.

Tenía tanto tanto miedo, estaba tan atemorizada con que Garbancito no fuera como Garbancita de bebé que empecé a sufrir ataques de pánico cada vez que le escuchaba llorar, me temblaba todo el cuerpo y me quedaba sin respiración, algo horrible, que no sé cómo explicaros, porque no me había pasado nunca.

No tenía fuerzas para nada, estaba todo el día agotada, no era persona, no me enteraba de nada de lo que pasaba a mi alrededor porque estaba volcada en Garbancito y en que no llegaran las 23.00 de la noche. He de reconocer que tenía tal estado de nervios que a Garbancita la dejé un poco de lado (pobrecita mía) no tenia tiempo para atenderla, y para colmo me sentía súper culpable por ella y por él. La situación me sobre pasó, no me sentía a la altura de las circunstancias.

No entendía cómo yo con lo tranquila que estaba ya, se me había ocurrido traer otro niño al mundo, no entendía cómo había podido hacer eso a Garbancita, y por otro lado me sentía súper culpable de no tener el vínculo que debería tener con Garbancita, mi cabeza no era capaz de asimilar lo que estaba pasando. Quería que todo aquello no estuviera pasando porque no me sentía a la altura.

Ante la desesperada situación de no pegar ojo ni de noche ni de día (cosas de las que ya me había más que olvidado) llevamos a Garbancito a la famosa Clínica Vass que ya me ayudó tanto con Garbancita, era la única solución que se nos ocurría y allí nos dieron la solución, Garbancito tenía un problema grande de reflujo, cada vez que comía se le subía la leche con los jugos gástricos a la garganta y eso le quemaba. Al parecer es un problema común por inmadurez de su sistema digestivo, nos dieron varias soluciones pero acto seguido nos fuimos a nuestro pediatra de confianza y le contamos lo que nos pasaba, nos dio una medicación y nos recomendó un tipo de leche.

Al día siguiente empezamos con el tratamiento y he de decir que Grabancito mejoró, no es una cosa que se quite de la noche a la mañana pero sí sus ataques de llanto empezaron a ser más cortos.


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