jueves, 19 de mayo de 2016

Las Consecuencias de un diagnóstico tardío

Pues como os decía una vez que sabíamos lo que tenía Garbancita estábamos felices, fue un poco caos el primer mes, nos pasábamos horas en el súper seleccionando lo que podía comer y lo que no, tuvimos que buscar nuevos alimentos para sus comidas, ingeniarnos técnicas para cuando salíamos y estaba con otros niños para que no se sintiera diferente... en fin, un caos pero con la fuerza de la rutina y mucho leer y buscar más o menos lo llevamos...

El problema real y el que aún arrastramos es en la psicomotricidad que tiene Garbancita. Justo cuando ella se había soltado a andar fue cuando la ingresaron y en ese mes ella perdió toda la masa muscular y olvidó casi andar, con lo cual, al salir del hospital ella tuvo que empezar prácticamente de cero a aprender andar. En un principio no le dimos importancia, sólo nos preocupaba que ella por fin estuviera bien. Pero cuando ella cumplió los dos años, nos dimos cuenta que tenía un retraso grande en ese sentido, es decir, ella andaba y siempre con los brazos abiertos porque no tenía equilibrio, con dos años no corría, no subía escaleras y nunca quería jugar si había muchos niños por miedo a que la tiraran al suelo.

Mal hecho por nuestra parte, pero cuando empezamos a comparar a Garbancita con el resto de niños decidimos que teníamos que hacer algo porque es verdad que ella iba con un retraso con respecto a los niños de su edad.

La profe de la guarde también nos advirtió de que a Garbancita le pasaba algo, nos contó que ella nunca quería salir al patio con los demás niños, que cuando hacían ejercicios de subir tipo al tobogán o algo de eso ella nunca lo quería hacer y que lloraba. Me dijo que podría ser que no fuera nada pero que ella estaba un poco menos ágil que el resto y que eso le podía estar afectando en su autoestima (para mí una de las cosas más importantes en la vida). Ya con esto me entraron los nervios y los agobios.

Para variar la llevé al médico, a su pediatra, y claro, una vez más, la niña no tenía problemas, nos dijo que antes o después la niña espabilaría... 

Nosotros por nuestra cuenta seguimos investigando y así fue como dimos con Aleka, un centro de fisioterapia infantil. Paula la dueña es amiga de una compañera mía de trabajo, y me dijo que probara que por llevarla no perdía nada. Así que pedimos cita y la llevamos.

Paula la hizo un estudio bastante largo en el que vio cómo se movía y se desenvolvía ella con obstáculos y determinó que Garbancita es muy prudente, es decir, ella no se lanza a hacer nada por miedo (en eso es igualita igualita que su madre, ya os lo contaré pero la personalidad de Garbancita es exactamente igual que la mía, ayyyy con lo que deseé que fuera como la de su padre). Y también le diagnosticó un retraso psicomotriz con respecto a los niños de su edad porque evidentemente había empezado a andar muy tarde y su masa muscular no estaba desarrollada. Otro palo más.

Paula nos explicó que había un tratamiento que la podía ayudar, y esto era llevarla todas las semanas una hora a la clínica para que ella realizara una serie de ejercicios y así aprendiera a soltarse. Como comprenderéis esto costaba un dinero pero antes de que le afectara a su autoestima nosotros íbamos a hacer lo que estuviera de nuestra mano.

Yo por mis horarios de trabajo no pude acompañarla casi pero Luisín como buen padre iba todas las semanas y sacrificaba lo que fuera necesario para llevarla. Estuvo yendo tres meses, los tres meses que nos permitieron nuestros horarios de trabajo porque mi horario es muy malo y me era imposible ir (como ya os he dicho)y a los tres meses a Luisín le cambiaron el suyo así que con la soledad que tenemos en Madrid (somos los dos solos para todo) no pudimos seguir llevándola.

Tengo que decir que Garbancita ha mejorado mucho aunque aún se la nota insegura para muchas cosas, pero ella se siente más ágil y se atreve a muchas cosas y eso le hace sentir mejor con lo cual en algo la hemos ayudado. Nos encantaría el día de mañana retomar este tipo de clases para ella, pero hay que reconocer que todo es un dineral y que no recibimos ayuda de ningún tipo. Para que luego en mi trabajo tenga que escuchar frases como: "qué injusto que tú te desgraves menos en hacienda por tener una hija, cuando eso lo has elegido tú..."

En fin... No comments.